Si además realizás cualquier tipo de actividad física que te suponga un esfuerzo, deberás aumentar esta cantidad en la medida del desgaste realizado.
En este sentido para saber qué cantidad es la correcta, deberás tener en cuenta toda una serie de condicionantes:
- El ritmo: cada jugador suele marcarse su propio ritmo de juego por lo que el desgaste puede ser muy diferente de uno a otro.
- La climatología reinante: por supuesto, un día de extremo calor u otro de mucho frío exigirán mucho más de nuestro cuerpo. El calor aumenta la sudoración de forma notable, mientras que el frío favorece la contracción de los vasos y facilita la diuresis.
Deberás poner atención si el lugar donde jugás se caracteriza por ser una zona húmeda, puesto que el sudor será también mayor.
- El viento: puede suponer la necesidad de realizar un mayor esfuerzo en cada golpe dado.
A nivel general podemos decir que un ejercicio que suponga unas 4 horas andando a paso “animado”, requerirá de la ingesta de más de 4 litros de líquido, para evitar la deshidratación.