Un codo que se levanta más de lo necesario provocará que los brazos se separen, lo que podrá tener dos consecuencias negativas:
- Que el palo quede caído, es decir, apuntando hacia la izquierda del objetivo.
- Que el palo quede cruzado, es decir, apuntando hacia la derecha del objetivo.
Al realizar este tipo de movimiento, el brazo derecho quedará atrapado detrás del cuerpo, obligándonos a girar las manos en el momento del impacto para poder enderezar la cara del palo.
Si por el contrario el codo queda bajo, interrumpiremos el swing natural, dificultando la sincronización entre el balanceo del brazo y el giro del cuerpo.
La posición correcta, por tanto, se definirá por el hecho de que en el punto más alto del swing el codo derecho apunta hacia abajo, sin estar pegado al cuerpo.
Podrás comprobar que está realizando correctamente el movimiento si tu brazo derecho forma una perfecta “L”.
Esperamos que este consejo te sea útil y contribuya a mejorar tus “golpes”.